El próximo domingo 22 de mayo de 2011 tendrán lugar las elecciones autonómicas y municipales en gran parte del territorio español.
La ultima semana, la campaña electoral ha ido moviéndose hacia un segundo plano debido a las protestas, acampadas y manifestaciones pacíficas que se han ido sucediendo en toda España desde la manifestación del pasado día 15 de mayo. Con punto central en la Puerta del Sol de Madrid, pero con reproducciones en las principales ciudades del Estado, estos movimientos están liderados por jóvenes que han dicho basta ante los diversos niveles de corrupción, el excesivo poder de los mercados y el incierto futuro que se les presenta. Dando una vuelta por Sol esta semana previa a las elecciones te puedes dar cuenta que los jóvenes, además de indignados, están preparados y saben de lo que hablan.
Merecería un artículo a parte el poder de Internet y de las Redes Sociales (Twitter, Facebook o Tuenti) a la hora de la creación y de la expansión de estos movimientos, pero de lo que quiero hablar en esta entrada es de la importancia del voto.
En esta entrada no vamos a entrar a valorar si la Ley Electoral debe o no ser modificada, lo que busco es animar a la gente a que el próximo día 22 de mayo acuda a votar, respetando siempre y antes de nada la libre decisión de da cada uno.
Uno de los lemas que más se han escuchado estos últimos días en las manifestaciones ha sido el de “no les votes”. Con este mensaje no se pide la abstención, todo lo contrario, se habla de efectuar nuestro derecho al voto de una manera responsable. El mensaje “no les votes” busca algo que hasta la semana pasada se consideraba utópico (y aun hoy muchos manifestantes lo siguen considerando); acabar con el bipartidismo tan exagerado que domina en España desde comienzos de la democracia. Expresar tu descontento (en el caso de que lo hubiera) no votando no sirve para nada. El “estoy en contra de un sistema que me toma el pelo, así que no participo en el sistema” no va a hacer nada en un sistema electoral en el que los no-votos no cuentan nunca, ni para bien ni para mal. Como ejemplo, el referéndum para la Constitución Europea. Casi el 60% del censo se quedó en casa. Sin embargo, no sirvió para nada, la Constitución se aprobó de todas maneras. Por otro lado, analizando las elecciones de la democracia española se puede sacar algo en claro sin miedo a equivocarse; las elecciones en las que hay alta participación generan cambios. Así que, si quieres cambios, el mejor consejo es el voto.
Si has decidido acudir a votar, tenemos que hablar del voto nulo y del voto en blanco. El voto nulo, con papeletas no oficiales, no es una buena elección si quieres cambiar las cosas, ya que no es computable. El voto en blanco si que es válido, computando en el recuento final de votos, pero tampoco es muy recomendable si buscas hacerte notar. Al no haber un sistema proporcional de reparto de escaños, los votos en blanco perjudican a los partidos menos votados, beneficiando, una vez más, al bipartidismo.
Por los motivos que hemos expuesto a lo largo de la entrada recalcamos la importancia del voto. Cada uno es libre de ir o no a votar, faltaría más. Sin embargo, consiguiendo una alta participación, no sólo lograríamos conseguir objetivos políticos, seguramente se produciría un cambio entre los propios ciudadanos y ciudadanas que ayudaría a eliminar, o como mínimo reducir, todas aquellas cosas que consideramos injustas o abusivas. Tu decides.
La ultima semana, la campaña electoral ha ido moviéndose hacia un segundo plano debido a las protestas, acampadas y manifestaciones pacíficas que se han ido sucediendo en toda España desde la manifestación del pasado día 15 de mayo. Con punto central en la Puerta del Sol de Madrid, pero con reproducciones en las principales ciudades del Estado, estos movimientos están liderados por jóvenes que han dicho basta ante los diversos niveles de corrupción, el excesivo poder de los mercados y el incierto futuro que se les presenta. Dando una vuelta por Sol esta semana previa a las elecciones te puedes dar cuenta que los jóvenes, además de indignados, están preparados y saben de lo que hablan.
Merecería un artículo a parte el poder de Internet y de las Redes Sociales (Twitter, Facebook o Tuenti) a la hora de la creación y de la expansión de estos movimientos, pero de lo que quiero hablar en esta entrada es de la importancia del voto.
En esta entrada no vamos a entrar a valorar si la Ley Electoral debe o no ser modificada, lo que busco es animar a la gente a que el próximo día 22 de mayo acuda a votar, respetando siempre y antes de nada la libre decisión de da cada uno.
Uno de los lemas que más se han escuchado estos últimos días en las manifestaciones ha sido el de “no les votes”. Con este mensaje no se pide la abstención, todo lo contrario, se habla de efectuar nuestro derecho al voto de una manera responsable. El mensaje “no les votes” busca algo que hasta la semana pasada se consideraba utópico (y aun hoy muchos manifestantes lo siguen considerando); acabar con el bipartidismo tan exagerado que domina en España desde comienzos de la democracia. Expresar tu descontento (en el caso de que lo hubiera) no votando no sirve para nada. El “estoy en contra de un sistema que me toma el pelo, así que no participo en el sistema” no va a hacer nada en un sistema electoral en el que los no-votos no cuentan nunca, ni para bien ni para mal. Como ejemplo, el referéndum para la Constitución Europea. Casi el 60% del censo se quedó en casa. Sin embargo, no sirvió para nada, la Constitución se aprobó de todas maneras. Por otro lado, analizando las elecciones de la democracia española se puede sacar algo en claro sin miedo a equivocarse; las elecciones en las que hay alta participación generan cambios. Así que, si quieres cambios, el mejor consejo es el voto.
Si has decidido acudir a votar, tenemos que hablar del voto nulo y del voto en blanco. El voto nulo, con papeletas no oficiales, no es una buena elección si quieres cambiar las cosas, ya que no es computable. El voto en blanco si que es válido, computando en el recuento final de votos, pero tampoco es muy recomendable si buscas hacerte notar. Al no haber un sistema proporcional de reparto de escaños, los votos en blanco perjudican a los partidos menos votados, beneficiando, una vez más, al bipartidismo.
Por los motivos que hemos expuesto a lo largo de la entrada recalcamos la importancia del voto. Cada uno es libre de ir o no a votar, faltaría más. Sin embargo, consiguiendo una alta participación, no sólo lograríamos conseguir objetivos políticos, seguramente se produciría un cambio entre los propios ciudadanos y ciudadanas que ayudaría a eliminar, o como mínimo reducir, todas aquellas cosas que consideramos injustas o abusivas. Tu decides.
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